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La vida signada por una verdad



Un alerta roja lo despertó y le informaron de un posible desembarco de tropas británicas. Fue trasladado desde Comorodo Rivadavia junto a nueve compañeros hacia la dependencia policial de Caleta Olivia, los dividieron en dos grupos y en dos helicópteros fueron a recorrer por separado la zona indicada.

Al volver a la dependencia sin resultados, el otro helicóptero no había llegado. Unas horas más tarde, le informaron que habrían encontrado partes de lo que sería un helicóptero en la costa. Entre la desesperación, angustia y dolor, en dos camionetas los trasladaron hacia el lugar. Al llegar, bajaron de los móviles y no lograron observar nada desde la ruta, que estaba a 200 metros del mar. Se acercó con paso tembloroso a la orilla y el horror que lo acompaña desde entonces se le hizo carne.

Levantó una bota, tenía media pierna, vio a su alrededor pedazos y pedazos de los cuerpos de sus compañeros. La impotencia psicológica hizo que disparara contra un pingüino.

El protagonista de esta historia real,  que pasó en el continente argentino, se llama Eduardo Zabal. Del batallón 185 Liceo Militar General Roca. Ex combatiente no reconocido.

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Fueron ocultados, negados y hoy reprimidos

Son ex combatientes no reconocidos de la guerra de Malvinas. Hace mucho más de 20 meses esperan en una carpa a un costado de la Plaza de Mayo el reconocimiento que repare 27 años de olvido y dignifique sus atormentadas vidas.

Ellos nunca pisaron las Islas. Fueron destinados al sur del país, a la costa patagónica para defender los avances británicos sobre el territorio nacional. El derecho al reconocimiento se les niega por no haber pisado el archipiélago. “Debería haber muerto para que me reconozcan”, sintetiza Tulio Fraboschi, uno de ellos, en referencia a los 18 soldados muertos en territorio argentino que fueron reconocidos. “No podes ir a una guerra sin defender el continente, sin nosotros los británicos hubieran tomado el territorio”, sentencia.

Cinco días después del desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas, el 7 de abril de 1982, la Junta Militar desactivó el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM), un comando destinado a recuperar las Islas. En su lugar, por medio del decreto número 700-S, creó el comando Teatro de Operaciones Atlántico Sur (Toas), constituyendo como zona de guerra la costa del territorio argentino desde la ciudad de Trelew hacia el sur; las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.

Los soldados apostados en el territorio argentino vivieron en estado guerra, tuvieron alarmas rojas, sufrieron el frío del sur y los vejámenes a que sus superiores los sometían. Realizaban las tareas de noche debido a los ataques de los aviones y los submarinos británicos que estaban cerca de la costa. “Lo que cuenta la película Iluminados por el Fuego es verdad, incluso la foto del soldado estaqueado no fue en las Islas, sino en el continente”, afirma Fraboschi.


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