En el lapso que envidiaba la
fortaleza de esas aguas una vieja estrella vio caer, ráfaga violenta que suicidó
su luminosidad sin ningún remordimiento. Momentos de silencio sintió abrazar mientras
que unas gotas de sangre por su rostro empezaron a brotar, maldijo sus heridas
que su debilidad vuelven a señalar. No puede esperar aunque sabe que ese llegará,
entre paredes de nieblas el camino vuelve a retomar. Dirección correcta,
templanza intacta, engaños que él sólo sabe hasta que el sol seque su sangre. Otra
vez estandartes y piedras, entre barros y lunas pudo ver la furia de pasiones que
logran cremar los suspiros de los guerreros. Infame mundo piensa, mientras imagina
gitanas y hechiceras bailando sobre su fortuna. Nunca pudo desprenderse del
recuerdo del lenguaje que oculta en su dialecto la corona, maldición de estos
tiempos que empujan el andar de los débiles a regalar su aparente libertad. Quema
en su mente esa imagen, no va a llegar a hacerlo, o eso es al menos lo que en
su camino intentará.
Buen texto ;)
ResponderEliminarTienes un seguidor más.
Salu2