Construye con sus manos desde que llegó al país, viene de una nación donde el día de la patria es el mismo día de la madre.
A simple vista parece alguien que viaja con calma, pero lo cierto es que siempre está apurado y preocupado. Baja y sube de su camioneta cientos de veces al día, yendo de un lugar a otro, a veces por trabajo de obra en obra, pero otras veces por urgencias de la desigualdad que le duele.
No es de hablar mucho pero su presencia dice mucho más. Usa el silencio para poder escuchar y observar. Sabe más que nadie que el tiempo no cura pero logra reconciliarse con nuestros dolores.
historia familiar lo puso sin quererlo en un lugar de referencia en su barrio, cuida a sus vecinos y hace que se cuiden entre ellos. Detrás de esos pequeños anteojos hay un hombre al que le arrebataron un hermano, recuperó un sobrino, y camina con pasos firmes cargando en una de sus manos herramientas de trabajo y en la otra compromiso y solidaridad.
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